No extender nunca los plantones por la parcela a plantar, sino hacerlo a medida que se planten, así evitaremos la deshidratación por estar expuestos al sol.
Deshacer suavemente el cepellón antes de plantar, distribuyendo sus raíces en el hoyo de plantación. Cortar y sanear aquellas raíces rotas, sobre todo si son grandes, puesto que son la entrada para diversas enfermedades de hongos de suelo.
Nunca deberán de echar abonos minerales ni estiércol directamente en el hoyo de plantación, tapar con tierra soleada o primeras capas.
Plantar alto, más alto de lo que las plantas estaban en el vivero. En terrenos pesados, arcillosos, encharcadizos o húmedos, plantar en banquetas, caballones o montículos. Nos evitaremos así problemas de gomosis y phytóphtora.
A la vez que se va plantando debemos ir regando, el primer riego debe de ser abundante. Nunca esperar al día siguiente, a que nos den el riego o nos acaben de instalar el gotero, etc.